jueves, 21 de febrero de 2008

Mujer dolida

Quizá muy alta fue la colina,
o muy extenso se hizo el llano.
Posiblemente se perdió en la ruta,
queriendo visitar algún horizonte inexistente.
Seguro que no supo calcular la distancia hasta su corazón.
Porque llegó tarde. No. Jamás llegó.
Hasta su corazón. No.
Por no desatarse de su propia entrega;
y haber recorrido parte del camino.
Era un sólo sendero.
Único y también inexistente.
Pues nadie afirmó si encontraría su corazón.
Pero ella, se hizo la perdida.
Hasta que descubrió que todo era absolutamente inexistente:
¡Tampoco había corazón!...
su búsqueda finalizó.
Mostraba sus ojos pesados,
incubados entre párpados rendidos.
Su rostro hecho dobleces,
por no jugarle al amor.
Pero llegó tarde.
Por eso. Por ser honesta, y nunca jugarle al amor.
¡Supera el tiempo perdido!
¡Espántale entre velos de viento!
¡Arroja a tus pensamientos de trapo!
Pues trapo se sintió.
Aquélla era la súplica de su consciente.
Pero la mujer había llegado demasiado tarde.
Apagó su voz; Secó su amor…
y guardó en su corazón trapos de decepción.
Pues a ella Sí le jugaron su Amor.

Madrid, 21 de febrero de 2008
cristina garcia barreto

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