jueves, 4 de diciembre de 2008


Los sueños


Arde la noche
prendiendo el candil
de mis incontables deseos.

Soy el arca que silencia
el género de los sueños.

Cierro el portillo
sellando el fresco nocturno.
Lacro los visillos
esmerando
la somnolencia del sol tendido.

Me siento esperanza
con faringe de corinto.
Sobre mi cabeza
se fija un crucifijo.

Le velo y escondo
pensamientos sombríos,
por no verle descender
clavándome un aviso.

Proyecto en la noche
el somnífero de lo inexistente.
Una cara de ángel
o cualquier rostro desconocido.

Cuando duermo
preciso el corazón candente.
Pasión de plano impreciso
donde se trazan caricias
de otro torso al mío.

Y al despertar,
todo se ha diluido.
Descorro las cortinas
saludando nuevamente
a mi crepúsculo,

atemperándose el fulgor
de un sueño desteñido.


Autora: Cristina García Barreto
Madrid, 4 de diciembre

4 comentarios:

Angeles Fernangómez dijo...

Me gusta, Cristina, esta abstracción onírica, aunque con un final desencatado. ¿Pero tal vez el sueño deja de ser vida? Uno no está muerto cuando sueña, solamente está dormido.
Besotes
Ángeles

Cris Gª. Barreto dijo...

Querida Ángeles...

Los sueños, sueños son. Pero la vida nunca es sueño. Tan sólo nos susurran los socorridos momentos que nos permiten la lucha por mejorar la supervivencia. Y seguimos soñando porque nos visiten muchísimos momentos, de esos, que nos mantienen en dicha temporal.

Gracias por tu comentario.

Un beso enorme para ti,

Poeta Carlos Gargallo dijo...

Hola Cristina, gracias por invitarme a conocer parte de tu obra. Tengo que decir que me ha sorprendido muy gratamente y que ya, tienes en mí un seguidor incondicional de tu blog. Recibe un abrazo.

Cris Gª. Barreto dijo...

Gracias Carlos y bienvenido.
Reitero mi admiración hacia ti. Como te dije, me encantó tu perfil. Y, ahora, en cuanto pueda, bucearé por tus palabras en tu blog para seguirte igualmente de manera incondicional.

En tanto te lea...
otro abrazo para ti.