miércoles, 30 de enero de 2008

Ramo de lágrima

Casi hasta la pena agoniza,
de tanto verla con su pensamiento en él.
Viviendo anulada en su propia alma,
desde que le sintió partir.
Ya en el amanecer aguarda a la etapa del sueño.
Por perderse en aquellos recuerdos de boda primavera…
besos carmesí. Aquellos ya desposeídos por su adiós.
Los mismos que ahora llora por regar al mortecino ramo que les unió.
Él, todo viento, jala bohemio, ligero…
sin confesar el más nimio sentimiento.
Cómo confiar que tras haber cazado al cielo…
le escoltase una infausta fábula.
Ésa que sobreviene casi en silencio
la que le dejó en la trinchera del desasosiego,
del hielo, del desconsuelo
y de la usura pérdida del desaliento.

Madrid, 30 de enero de 2008
cristina garcia barreto

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