jueves, 10 de enero de 2008

Se fueron las cigüeñas

Dónde anidarán las cigüeñas que,
como ángeles en vuelo abierto,
engalanaban el cielo de este pueblo.
Alzo la vista y no las veo.
Entre callejuelas y huertas,
sus sombras se perdieron.
Obreras de sus casas,
portaban sus picos llenos.
Pajitas o ramas para llenar agujeros.
Se dijo, que los ancianos,
sacudieron sus tejados.
Molestos de tanta teja rota
y sin un nieto a su lado.
No había niños para hablarles de aquel cuento.
Los mayores que se lo conocían,
hicieron migrar a las cigüeñas a otro tiempo.
Ahora nos visitan cuervos y buitres
que sombrean a dos caras.
Oscurecen el celeste y dejan negrura por el bajo campestre.
En las hoces del río, poseen cuevas por casa.
No las construyeron sus picos,
portaban carroña y no paja.
Y quisiera saber dónde anidan las cigüeñas.
Sembraría cultivos de críos,
por volver a verlas.

Madrid, 22 de Junio de 2007
Cristina García Barreto.


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