miércoles, 16 de junio de 2010

La maleta

No tuvo niñez,
jamás fue niña
sino un petit neceser.
En lugar de piernas
tenía asas.
Su boca de candado
tan sólo le permitía
hablar con los ojos.
Sus muñecas
se perdían entre cajas
etiquetadas de sinrazón.

Venció al ritmo

de su edad,
y cultivó
los prematuros racimos
del pensamiento.

Los tornados y chaparrones
eran la crónica de su tiempo,
siempre constante,
sin isobaras que anunciasen
un anticiclón para calentar
un cuerpo despojado
de caricias en un perpetuo
otoño-invierno.

A la niña
no se le puede interrumpir
con esta historia,
le espera su traje de maleta,
otra casa, otra ciudad,
otro colegio…
Un sin-hogar.


Madrid, 16 de junio de 2010
cristina garcía barreto

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Cris:

Qué magnífico poema.
Una maleta, sin duda.
Una niña sometida a la sinrazón forzada de sus padres.
Una niña que tuvo que madurar a pasos agigantados para poder digerir su existencia.
Una niña que nunca fue.
Una niña sin arropo familiar.
Una niña forzada.
Y tan sólo una niña que seguro una vez se convistiese en mujer, contará sus pasos.

Excelente Cris.
Te felicito.

Besos.

Javier.

Anónimo dijo...

Querida Cris:

Yo conocí a una gran mujer que era como esa niña y que supo supervivir a toda carencia. Y que dio mucho amor sin esperar nada. Y que dejó muchas amistades en muchas ciudades.

Una niña que no jugó, y creo que tan sólo con siete años tuvo que ser madre.

Una niña que creo conocer, y que es una mujer muy grande.

Esa niña a la que no veo porque se fue vestida de neceser, pero siempre me corresponde.

¿Sabes de qué niña hablo?
Eres mi niña, mi amiga, eres una gran mujer.

Te quiero.

Elisa.

Anónimo dijo...

Querida Cris:

Este poema me estremece. Yo siempre viví con mis padres en la misma casa, dónde aún vivo.
Si me apartasen de mis cosas de mis lugares, amistades...No sé cómo me sentiría. Aún conservo mis juguetes que los han ido heredando alguna sobrina.
Es un texto que me aporta mucho Cris, porque jamás podría, al menos, eso creo, haber supervivido como una maleta.
Mis padres siempre me han arropado, aún así me he sentido sola. ¿Cómo se ha podido sentir esa niña?
Supongo que este texto es figurado o algo que has recogido de alguien o has inventado, no lo sé. Pero espero que no sea basado en propias vivencias porque si tú fueses esa niña me sentiría el ser más egoísta del mundo. La mayor quejica y estúpida.

Es muy fuerte lo último que escribes. Realmente me encanta. Siempre me han horrorizado los poemas de amor repetitivos y absurdos.

Te felicito pero dime si esto es ficción ¿vale?

Te envío mi amor y admiración, eres una fuera de serie.


Maite.

Anónimo dijo...

Srta. Cristina:

Una niña-maleta.
Sin el cándor necesario para madurar se germina su propia semilla y lo hace.

Espléndido.

Un cordial saludo.

J.R.

Emilio Porta dijo...

Qué buenos y precisos comentarios de Javier, Elisa y Maite...en los que hay una espléndia confluencia y reflexión. Son como la apostilla de un texto especial. Este texto especial es Literatura...aunque a veces la Literatura va más allá de si misma. Vida y Literatura se entroncan en la autenticidad y la valentía. Y en la reflexión. A veces, Cristina, te vuelcas en tu página con todo tu interior. Me asombra que seas capaz de exponer al mundo con libertad cualquier problemática. Eso sólo lo hacen los escritores de raza y las personas con valor. Y lo tienes, sin duda, en varias de las acepciones de la palabra. Dicho esto, esta entrada me parece, no sólo en contenido, sino tambien en forma, de un alto nivel. Magnifica construcción a nivel de sintaxis y un ritmo claro y brillante. Sintesis y sugerencia en cada pliegue del texto. Y la túnica de las palabras envolviendo en osmósis permanente claridad y penumbra. Eso se llama un texto de autora con mayúsculas. Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Somos viajeros, Cris, objetos en manos del destino, objetos con alma. Esa niña, como una maleta, se fue llenando del paso de sus pertenencias y no pertenencias, siempre cambiantes. Esa niña, al fin y al cabo, somos todos nosotros movidos por las manos ciegas de la vida.
Con mi afecto desde la distancia.

David

Jesús Arroyo dijo...

Gracias por apuntarte al III Encuentro.

Anónimo dijo...

Hola Cristina
Después de los magníficos comentarios, poco más te puedo decir.
Tu poema está lleno ternura, por la niña viajera.
De alguna manera, todos seguimos siendo niños y dentro llevamos nuestra infancia. Aunque sea en el recuerdo, pero la llevamos.Unas veces feliz y otras, no tanto.
Generalmente los niños, se sienten felices a desgraciados, pero sin saber exactamente la razón, porque no tienen ni experiencia, ni referencias.
La niña que tú mencionas, es muy inteligente, no es una niña cualquiera.
Sus ojos veían más allá, aunque no lo pudiera o supiera expresar con palabras.
Esa es otra característica de los niños muy inteligentes, que se dan cuenta de los manejos de los adultos, o incluso de otros niños, pero no lo pueden integrar por falta de experiencia.
Perder la niñez, es un daño irreparable porque ya no se puede recuperar.
De alguna forma, unos mejor que otros, todos la perdemos y solo nos queda el sentir interior y el reflejo en algo externo.

Recibe un abrazo, María Jesús

MarianGardi dijo...

Cristina, la niña puede ser hija de las familias modernas, en Francia se llaman recompuestas, van de familia en familia, o también hija de un Militar que ha vivido en muchas partes.
Yo fui una niña de maleta preparada y hoy en día me alegro tanto de haber vivido distintas experiencias, a las que yo llamo vidas diferentes. Muchas vidas en esa maleta.

Cris, felicito a tus comentaristas que son excepcionales. Argumentan los post con mucha generosidad, la que te mereces.
Estoy muy ocupada terminando de escribir mi novela que quiero presentar a la editorial.
Mi cariño inmeso y mi calido abrazo para ti Princesa.

Cris Gª. Barreto dijo...

Estimado Javier:

Bonito y acertado comentario.
Sí. Una niña forzada...Como un complemento adquirido por unos padres que nunca pensaron en sus sentimientos.

Estoy segura de que esa niña, llegada su madurez, mantendrá su hogar lo más estable posible.

Gracias por tu entrada.

Un beso,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Querida Elisa:

Conmovedor comentario.
Esa niña te corresponde aunque esté lejos porque ella no olvida a las personas especiales. Y tú eres una de ellas.

Gracias por animarte a escribir en mi espacio.
Te envío un mail.

Recibe un beso con especial cariño,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Hola Maite:

Tu estabilidad emocional y estacional es lo que necesita todo niño para crecer sin inseguridades. Los niños maleta suelen ser vulnerables y fracasar en la vida.

Me ha encantado tu entrada.
¿Qué si esa niña fui yo? Lo dejo en el aire.

Mil gracias por seguirme.

Recibe un beso muy fuerte,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Estimado J.R.:


Hablas de instinto de supervivencia.
Las niñas listas suelen poseerlo.

Gracias por tu aportación a este espacio y por felicitarme.

Un cordial saludo,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Estimado Emilio:

Hace poco te nombraba (en la anterior entrada), le recomendaba a un comentarista tu libro Corales. En él podemos ver, además del galardón de obra premiada en el XXI Premio de Poesía Blas Otero 2009, todos tus pensamientos y reflexiones sobre la existencia. Lo cual haces de forma muy concisa, precisa e inteligente.
En este texto sobre la niña maleta, tú bien lo sabes, existe una condensación muy fuerte de palabras porque detras de cada verso se esconde más de un libro.

Aunque no creo merecer tu halagador comentario, no me queda otra que recogerlo con un enorme agradecimiento.

El texto es aparentemente muy transparente y los comentaristas han bebido su sustancia y han respondido con el húmedo paladar del sentimiento. Lo cual les agradezco. Igualmente a ti también debo darte las gracias por rendirles el merecido tributo.

¿Qué me atrevo con todo? Sí, casi.
Quedan muchas teclas por tocar y reconozco que necesito sentir todos los acordes de mi corazón y mente, ambos indivisibles, porque aunque en ocasiones, se pueda interpretar que se escribe de uno mismo, también debemos coodinar las ideas y ser lo más objetivos posible dentro de la lógica subjetividad que nos envuelve. Está claro que si una cosa no la sientes, es decir: te toca, bien sea reflexión pura y dura o cualquier otro estilo literario, resultaría una escritura "forzada" Y cómo transmitir lo que ni a ti te transmite.

Bueno no me enrrollo que voy a resultar más pesada que una maleta llena de piedras.

Sí reiterarte mi agradecimiento por dejar tu ilustre huella en este humilde espacio y por hacerla extensiva al resto de participantes.

Recibe mi admiración y afecto,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Estimado David:

Dices: "Somos viajeros, objetos en manos del destino, objetos con alma..."

Bonita entrada pero muy matizable. Porque sí que es cierto que cuando se es niño "somos maletitas", en el sentido de que se nos puede transportar de un lado a otro sin derecho a rechistar.

Pero David, no todos estamos en manos del mismo destino. Esta niña estaba en manos de unos padres absolutamente desiquilibrados, ella debió vivir en más de veinte casas distintas y cuando apreciaba algo o a alguien, le volvían a meter en la maleta.

Comprendo el sentido de tu gran comentario pero el destino nunca es igual para todos. No todos han estado movidos por las manos ciegas de la vida. Eso de mayores tal vez si me encaje en una estructura más generalizada. O, tal vez, pretendes decir que hemos venido al mundo sin permiso y jugar en la ruleta del azar.

Gracias David por tu magnífico comentario.

Recibe un beso con todo mi afecto,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Estimado Jesús Arroyo:

Te he visto por el blog de nuestro querido amigo Emilio.

Verás soy yo quién debe agradecerte que organices el encuentro.
No fui a los anteriores porque desconocía la existencia de los mismos.
Este año ha sido MarianGrandi la que me dijo que me apuntase y muy complacida lo he hecho.

Gracias nuevamente por tu atención.

Un abrazo,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Mi estimada María Jesús:

Pues claro que tienes mucho que aportar y lo has hecho. Has escrito una serie de matizaciones muy importantes. De hecho si te fijas en el retrato que escogí los ojos de la niña están muy expectantes, al igual que no suelta su osito por temos a que se pierda en alguna mudanza.
Es cierto que todos perdemos la infancia pero no hay derecho a que te la roben, son cosas distintas. Porque la infancia es una etapa que debe estar plagada de buenos recuerdos para crecer no tanto ni con la misma fuerza del "General Sherman", no se precisa que seamos tan robustos como un secuoya, pero sí se precisa que no seamos tan frágiles como un junco.

Dices: "Generalmente los niños, se sienten felices a desgraciados, pero sin saber exactamente la razón, porque no tienen ni experiencia, ni referencias"

Verás estimada María Jesús, permíteme con todo el cariño del mundo que te diga que esta afirmación que haces es un auténtico oxímoron de la realidad.
Los niños sienten desde antes de nacer y reconocen desde que nacen. Si no les das amor y alegría son infelices con total seguridad, salvo que subsistan en la calle entre las risas de otros niños (aunque interiormente con el sentimiento de saber que es un desgraciado). Todo niño tiene muy claras sus referencias y sus experiencias, pues son las influencias que recogen de sus padres y/o demás personas que le rodeen. Un niño maltratado sabe perfectamente que es infeliz porque los golpes duelen y no sólo físicamente. Un niño bien alimentado al cual sus padres, tutores, quién sea, le dedique tiempo y le haga reír, sabrá perfectamente cuál es la referencia de su felicidad porque cuando vea a la persona que le hace dichoso ya estará esperando impaciente sus juegos.
Los niños son registros desde que pasan de embrión a feto.
Sobre este tema podría estar horas escribiéndote. Lo domino muy bien, entre otras cosas porque además de estudiar dos años de psicología he trabajado en el Tribunal Tutelar de Menores tanto en la parte protectora como en la reformadora, alli había un colectivo de psicólogos, asistentes sociales, etcs. Y estudiábamos las influencias del entorno del menor, tanto del maltratado como del maltratador. En fin muy largo de contar. Al final hice derecho para poder "ayudar" a los desprotegidos.

Pero independientemente de estudios especializados, te digo que yo recuerdo cosas incluso de cuando sólo tenía año y medio de vida.

Y por supuesto te doy toda la razón en que los niños menos arropados, suelen ser más inteligentes pero, por orden general, al carecer del apoyo y fuerza emotiva necesario caen en el declive de la inconstancia, por tanto no suelen salir tan vencedores como los menos inteligentes que se han criado en un ambiente más propicio a todos los niveles, sobre todo, con estabilidad psicológica y otros patrones necesarios.

Mil gracias María Jesús por tu tremenda generosidad conmigo.
Tus aportaciones son muy significativas para este espacio, que jamás quisiera prescindir de ti.

Recibe un fuerte abrazo,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Querida Marián:

Gracias amiga por tu entrada y por hacer referencia a los compañeros que se han esmerado con sus comentarios, al igual que tú siempre lo haces con supremacía.

Veras tu relato es el punto contrapuesto de la niña del texto. Porque dependiendo de las edades y de los cambios de vida, a los niños se les puede desarrollar el espíritu de la aventura. Como ha sido tu caso.
Pero si los cambios son brutales y constantes, se desencadena una historia muy diferente.

Habría que ver que tenía la niña en la maleta de su corazón y cómo fueron esas mudanzas.

Celebro que estés con la novela, no pierdas la constancia que te me disparas en tu blog y estás revolucionando a todo el mundo literario.

Recibe amiga todo mi cariño y admiración sincera,
Cris.

Mari Carmen Azkona dijo...

Hola Cristina.
Sigo tú camino desde hace tiempo y me gusta el rumbo que está tomando tu literatura. Tus entradas son más conceptuales. Están más asentadas en realidades concretas que, sin embargo, las hace más universales, posibilitando que el lector se vea reflejado en tus palabras.

La vida duele, hace daño, pero si hay algo que no tolero es la indefensión de un niño. Y hay tantos niños con maletas. Niños peregrinos que avanzan por la vida de los padres sin poder desarrollar el inicio de la suya.
Si hay muchos niños, yo conozco alguno...te entiendo y percibo tus sentimientos.

Enhorabuena Cristina.

Saludos y un abrazo.

Cris Gª. Barreto dijo...

Querida Mari Carmen:

Todo un honor que pases por mi espacio. Te leo en el blog de Emilio y tus comentarios siempre me han parecido de un rigor e inteligencia admirables. Yo entro menos es que ando muy liada.

Agradezco muy de veras tus palabras, tu hermandad y humanidad hacia el significado de este texto.
Es tan duro haber sido un niño maleta como conocer y sentir empatía por quién lo fue.
Esa denuncia que haces hacia la indefensión de los desprotegidos, que son meros enseres en manos de mayores incapacitados. Pero que no obstante ejercen de tutores, porque cómo controlar tanta injusticia cuando el mundo sangra por otras vertientes más dolorosas o sonoras.

Gracias sinceras por seguir mi rincón literario.

Recibe un fuerte abrazo con todo mi afecto,
Cris.

ROCIO dijo...

Cris me ha encantado tu poema, una situación de tantas que pasan los niños sin haberlas elegido claro, no precisamente por viajar los padres si no por temas más profundos.

Un gusto leerte.

Un abrazo.

Rocío

Cris Gª. Barreto dijo...

Querida Rocío:

Mil gracias por dejar esta preciosa huella en mi espacio literario, que es tu casa, tienes llave para entrar y salir cuando tú quieras.

Cuando pueda te devuelvo la visita, estoy deseando leerte.

Un abrazo muy fuerte,
Cris.