domingo, 30 de agosto de 2009


Cariño

Si piensas que ya no tengo
amor para darte,
cariño, espera…

Araña las ideas
de mi cabeza.
Escudriña el altar
de la fe hecho silencio.

Asegúrate en mí,
mis manos no están huecas,
mi boca incendiaria
se cuaja en tus ojos,
con el deshielo de la displicencia.

Jamás se postrarán
los arcones, centinelas
de nuestra pasión,
podrás encontrarme
donde siempre estuve…
Y no me viste.

Escurrirte
en el cuenco de mi pecho;
parar de explorar satélites
por el orbe infinito.
¿No están más cerca mis labios?

Peregrinaré
lugares encrespados
y piélagos marinos;
habitaré
la atroz oquedad del olvido.

Si algún lenguaraz
menciona
que me vio en llanto
aguando tus versos
y el retrato de tulipanes granas
de Holanda.
Cariño,
no creas sus palabras.

¡Que no!
Que nada es cierto,
todo lo malogré por darme al juego.
Vaciando, en secreto,
la sal de mis lágrimas
en el pozo de un acantilado.


Insania de vivencias morí
mi corona portaba tus flores granas.





Madrid, 30 de agosto de 2009
cristina garcía barreto

2 comentarios:

aapayés dijo...

El amor. la entrega con la ternura de tus versos.. es especial..

Un abrazo
Saludos fraternos

Cris Gª. Barreto dijo...

Hola Adolfo:

¿Quién habla de especial?
Mil gracias amigo por seguir leyéndome.

Un beso,
Cris.