¿Qué es amar?
− ¿Es amar una afición, una regla, pura artería, el poder iniciador de la vida? ¿Tal vez un deleite, una experiencia pasajera? ¿Podría ser el hado de los hombres? − ¡Os estoy preguntando! ¿¡Es que nadie atiende!? −…
Cómo podríamos definir a Alberto Salio. Digamos que es todo un personaje arquetipo del ciudadano medio hispano-portugués, un hombre de acusado aire tímido y neurótico, obsesionado por el psicoanálisis, y con dificultad para relacionarse con las mujeres: un nuevo tipo cómico-dramático que ya había adquirido entidad en la universidad donde imparte sus clases. Delgado, excesivamente delgado, consumido por el nervio. Resulta difícil disociar al personaje de la persona, en ocasiones mostraba un porte aceptable y en otras una indumentaria inapropiada: pantalones de paño desgastados, suéter retro con nudillos de lana, las mismas gafas de montura de pasta ancha, zapatos embetunados de polvo. Ambos forman, aparentemente, un solo individuo fuera y dentro del trabajo. Muchos le veían como un inadaptado obstinadamente juicioso perseverante en sus métodos, a pesar de los miedos y neurosis que soportaban la base de su extremado poder de creatividad.
− ¡Os estoy preguntando! ¿¡Es que nadie atiende!? − ¡Vaya, Vaya! − Repetía Alberto a sus alumnos − ¿Es que aquí no hay nadie que haya nacido con cerebro? − Tras una pausa que inconscientemente traicionaba todo tipo de entusiasmo en los alumnos, Rosa responde:
− ¿podría ser amar, recíprocamente hablando, una suerte en la que no todos tropiezan?−.
El maestro le dice: − ¿pero es que usted solo tiene circunvoluciones anectantes en su cerebro? Porque su respuesta es completamente plana− La alumna no dijo palabra, miró con gesto torvo a su profesor en tanto descargaba sus lágrimas. Alberto volvió a lanzar la misma pregunta. En esta ocasión se manifiesta otra alumna, Virginia y comenta: − basándome en varias premisas que, individualmente o combinadas, la mayoría de la gente tiende a sustentarlas pues nadie piensa que el amor carece de importancia, pienso que, al contrario, todos estamos sedientos de amor. De ahí que tendamos a lograr que nos amen, hacernos dignos de ello aunque tengamos que coger muchos caminos. Pues para mí el amor es un arte que requiere mucho esfuerzo. Debo añadir que se ven innumerables películas cimentadas en historias de amor dichosas o desgraciadas, se escuchan centenares de canciones insustanciales que hablan del amor, y, sin embargo, usted piensa que Rosa no aprende acerca del amor, de qué es amar −.
Alberto exclama: − la única premisa que sustenta su actitud de que no hay nada que aprender sobre qué es amar, puesto que usted cree saberlo al igual que su amiga Rosa, es la suposición de que el problema de este acto no va más allá de un objetivo sino tan solo de una facultad, de un sueño o del azar. El principal camino que debe perseguir el hombre es el del éxito. Por el contrario las mujeres pensáis en ser atractivas cuidando con esmero el cuerpo y la vestimenta−.
Participa otro compañero de clase, Pablo: − maestro, pienso que tener modales agradables, conversación interesante, mostrarse útil, modesto, dócil o, al menos, aparentarlo, son formas de hacerse amar y de que los demás piensen que les amas, armas similares a las que se utilizan para alcanzar el éxito, para ganar amigos e influir sobre la gente. Mostrar ideologías políticamente correctas, amor a la patria, a la naturaleza, defender proyectos ajenos abiertamente sin exteriorizar que vamos a luchar por los propios. Además si consideramos el modernismo social pues eso de que para toda la vida…Y en formal acción matrimonial desmontaría el auténtico éxito de un hombre. Pongo de ejemplo a la era Victoriana y tantas otras civilizaciones donde los vínculos de las parejas se concertaban por intereses sociales, el amor no importaba, llegaría o no. Es lamentable que el concepto de romanticismo pueda ser un impedimento para los logros más importantes de los hombres −.
El maestro alega: − empezamos a entendernos ¡menos mal que ha hablado un hombre! −.
Virginia se levanta enfurecida, se dirige hacia la puerta, no sin antes gritar: − ¡usted es un misógino! −.
Seguidamente atraviesa el patio de la facultad donde se cruza con alumnos mayores que ella. Los chicos no cesaban en proferirle multitud de piropos. A Virginia ya le pesaba el alias de “Barbie Super Star”. Intentó calmar su ira pero alguien cruzó esa línea a partir de la cual se rompe todo muro de contención. Así pues, su efecto inmediato fue arrearle una torta a uno de esos chicos. Inmediatamente prosiguió de camino a su casa. Una vez allí, en su escenario más privado, su habitación, se tendió sobre la cama lanzando chillidos de furia contra las paredes, éstos parecían rebotar sobre su cabeza causándole un gran dolor.
La abuela de Virginia irrumpe en su habitación. Se sienta en la cama y le acaricia con ternura. La joven le pregunta: − ¿cómo puedo tener ilusión?− Su abuela le responde: − cielo, la felicidad del hombre moderno consiste en la excitación de contemplar la cúpula del éxito, y en adquirir cualquier antojo, ya sea al contado o a plazos. El hombre, la mujer, considera a la gente en una forma similar. Las personas atractivas son los premios que más se desean. Tú eres muy atractiva y además posees un conjunto de cualidades excepcionales que te hacen especial y por las cuales hay demanda en el mercado de la personalidad, y envidia pues a criaturas como tú no las compra el dinero, se nace con ello. ¿Cómo puedes tener una ilusión? Practicando tu propia magia −.
− Abuela no entiendo eso, necesito que me lo expliques −.
− Mi querida niña: la vida es un espectáculo, tú siempre porta tu chistera en el corazón y en la mente tu varita, utiliza todos los trucos que sean precisos para evitar el sufrimiento. Yo siempre estaré en ese sombrero mágico, tus padres ya lo están, ahora debes ser tú quien formule la ilusión y el contraataque con todo aquello que para mal te acontezca −.
− Abuela, aún no entiendo, ¿quieres decir que hay que ser mago para hacer una ilusión porque es por magia que se hace? −.
− Algo parecido, pero no dormites, no existe un mundo perfecto, ni un príncipe azul, ni carruaje que te aparte de infortunios, debes concentrarte en tus fuerzas, en tu inteligencia. No olvides: la chistera ni la varita, ésas te darán toda la energía precisa para ser lo más dichosa posible. No es fácil definir una ilusión pero sí te ayudará lo que te digo. Debes avivar en tu mente las razones que conformen la realidad de tu vida. Sé como una adivina, encuentra cual es el truco y con tu varita lucha por tus anhelos. Esto siempre se lo contaba a tu madre desde que era pequeña. También le costó entenderlo, pero lo hizo −.
− Dime abuela ¿para ti qué es amar? − Querida niña: Amar es una ilusión despierta, sustentada por la paciencia, la comprensión, el respeto, la pasión... Es la puesta en escena de dos personas que viven en una sola alma desprendiéndose de su propio “yo” para singularizar cualquier propósito. Eso si al amor entre un hombre y mujer te refieres. Porque bien sabes que mi amor por ti es infinito −.
− ¿Es posible amar más a otra persona que a uno mismo?−.
− No es fácil Virginia, algunos tardan en valorar ese amor; otros aman más la política, diversas ideologías o profesiones…Pero al final cuando el furor se marchita al ritmo de la vida útil laboral, la mayoría están rotos en la entereza de un corazón vacío. Pese a ello, ya es tarde para echarlo a rodar porque jamás han podido amar a nadie, solo a sí mismos e incluso el cobijo natal también lo habrán perdido −.
− ¿Crees entonces que sigue existiendo el romanticismo?−.
− ¡Claro que sí, por supuesto! ¿Por qué dudas tanto? Verás, tu padre dio su vida por salvar la de tu madre a sabiendas de que la perdería. Yo dejé la docencia por cuidar de tu abuelo. Cariño, el amor es grandioso. Ya sé… Otra clase de Alberto Salio −.
− ¿Es que le conoces abuela?-.
Se interrumpe la conversación entre abuela y nieta a raíz de una llamada telefónica.
Cándida, la abuela de Virginia, atiende la llamada.
La nieta baja las escaleras y le confiesa: − me fortalece saber que pase lo que pase siempre estarás conmigo −.
− Vamos a cenar mi linda mujercita y luego estudia. Mañana no debes faltar a las clases ni darte a la fuga ¿de acuerdo? No olvides llevar tu chistera y tu varita −.
− Lo lamento, no me pude resistir. Pero dime: ¿conoces a Alberto Salio?-.
− Tomemos la comida antes de que se enfríe y haz lo que te digo. Hablaremos en su momento−.
Cándida era conocida por ser la primera mujer en poseer tres doctorados: Sociología, Políticas y Derecho. En su época fue impulsora de la elegancia natural, el modernismo, en vez de la sofisticación del glamour. Fue pionera Presidenta de un partido político. Realmente marcó muchas pautas en su juventud. Sin embargo su innovación, su prefiguración de la espontaneidad juvenil, su carácter siempre honró su nombre dibujado por una cara de ángel. También ejerció otras actividades como el baile, la música y, sobre todo, abundantes acciones humanitarias.
Provenía de una familia muy adinerada. Una de sus donaciones fue la construcción de la universidad privada donde acudía su nieta, lo cual le convertía en accionista única con poder sobre la junta directiva.
− Alberto si vieses a un Dios junto a tu puerta cuidándote, procurando que aprendas a amar a alguien sin que persistas ausente en su presencia. Si ese Dios siguiese tras la puerta, a los pies de tu alma, aún así seguirías viviendo en la oscuridad infinita de todas las noches que tapizas con tu orgullo...
Cuántas cosas cuestionas sin haber hallado tú mismo la respuesta. Siempre me dije: ¿de quién sería víctima, por qué se hizo verdugo? Tal vez jamás existió una víctima, pero sí una persona de ideas mal alumbradas que solo resplandecen en un río seco e infernal hendiendo las ilusiones de sus alumnos. Estrellándoles contra el crepúsculo de su libertad, de la igualdad, de su identidad… Una sombra que se sujeta a tus piernas y se baña en la marejada de las pisadas a los corazones inocentes sin suficiente autoridad −.
− Cándida se lo suplico, por favor, no siga −.
− Desde que te di clases supe qué minúscula era tu humanidad. La manejabas como un reloj de bolsillo inepta para cualquier uso de aceptación, sumisión... Posees tan poca bondad que bien podría ser intercambiable por una moneda de burla o, tal vez, por jabón que limpie la baba de los caracoles. Pero es posible que algún Dios haya permanecido a la puerta, a tu puerta, ignorándose a sí mismo e ignorando todo cuanto hubiese tras ella −.
− Cándida, insisto, se lo suplico, por favor, no siga −.
− Alberto Salio acude al Director, te está esperando −.
− ¿Cómo dice Cándida?−.
− Él te lo explicará −.
El Director del Centro habla con Alberto, le comunica su despido y añade que solo será readmitido si asiste como oyente durante el resto del curso a las clases de la persona que ocupará su puesto.
A continuación el Director se dirige al aula donde permanecen los alumnos y les anuncia el nuevo acontecimiento.
Todos los chicos saltaron de ilusión, para ellos era como un milagro.
Para asombro de Virginia se persona su abuela en la clase presentándose como actual profesora y tutora de la misma y del resto de sus compañeros.
Irrumpe Alberto pidiendo disculpas a todos y se sienta en el último pupitre del aula con temple tímido y avergonzado.
Esta vez todos los chicos saltaron con gritos y silbidos manifestando su malestar.
Cándida intervino de inmediato, dejó las bases bien sentadas y tras ello dijo: − mis queridos alumnos hoy nos vamos a dedicar a las oportunas presentaciones, deseo conoceros y que me conozcáis. Mañana hablaremos sobre la tolerancia −.