martes, 25 de enero de 2011

Obsequio

La vida
se hace hirsuta
La primavera
muerde las flores
El sol
se oculta en los sótanos
de la noche
Los días no pasan
Las fábulas
se congelan en cuentos
no leídos
Las bocas
arrojan ráfagas de escarnio
que enferman la mirada
del resignado
Los dóciles
no pueden vivir
en este mundo
solo esperan el brillo
de estar entre los elegidos
Aún subsisto
pese a que la esperanza
me regale su tristeza


Madrid, 25 de enero de 2011
cristina garcía barreto




17 comentarios:

Cris Gª. Barreto dijo...

Estimados amigos:

Sé que a todos os sonará la famosa cita de Jean de la Bruyere. Dice: "La envidia y el odio van siempre unidos, se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo objeto"

Para mí, la envidia, es un claro ejemplo de inferioridad. Algo así como un gusano roedor que carcome a quien la padece. Pero no es viable tratarla con fármacos dado que se desconoce el tratamiento específico para erradicar este mal tan extendido. Por otro lado, el objeto -individuo- que está en el punto de mira del/los envidiosos
-digamos adversarios o perros peligrosos, porqué no-, debe llenarse de paciencia para intentar vivir en la dicha y no permitir que las mordeduras le dejen huellas profundas.

De ahí, de la extracción del sufrimiento de un ser "mordido"
-pongamos por ejemplo-, nace este poema. El cual encierra, entre sus metáforas, una plena desesperación ante "los perros" que plagan su vida.

Besos con toda mi estima,
Cris.

25 de enero de 2011 13:00

ralero dijo...

Ladran, amigo Sancho, luego cabalgamos.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Querida Cris:

Este poema tiene una profundidad extrema que conjugada con tu texto de entrada me descarna.
Tus palabras desgarradas en conjución con la realidad latente, estremecen.
Y ese tratamiento inespecífico al que haces referencia contra la fobia globalizada de los inferiores, es eso: inespecífico.
La envidia carcome al que la padece y hace sufrir a las personas de buen alma.
Yo no me considero tan puro de alma. Reconozco que últimamente me he vuelto un vulgar egoísta.
Me entra el mono de la nostalgia cuando veo que tu corazón no cambia y si cambia es porque crece.
Quisiera engancharme a tu droga, pero sé que no la merezco.

Un adicto de ti, que siempre te escribe como amigo enano, pues tampoco merezco tu amistad.

Permite que te admire, no sólo como escritora.

Javier.

Anónimo dijo...

Mi querida Cris:

¿No sería posible poner bozales a esos perros rabiosos?

A mi también me han mordido mucho en esta vida.
Cuando era más joven, en múltiples ocasiones me sentí como el sujeto de tu poema. Habría emigrado al confín del mundo, para evitar la hondura del dolor.

Poco a poco todo se asume, mejor dicho, se sobrelleva.

Admiro tu transparencia y vigor.

Te felicito.

Besos cielazo.

Maite.

Marisa dijo...

Deja que los perros ladren
imbuídos de su mal se
consumen ellos solos,
aún existe un sol
de primavera que sana
la mirada.

Un abrazo muy fuerte Cris.

La Solateras dijo...

Dificílmente los dóciles podrán estar entre los elegidos.

Un abrazo

María Jesús dijo...

Querida Cris
Sentido poema, con un mensaje directo.
La primavera muerde las flores, pero solo si las flores son más bellas que la misma primavera, que les proporciona, las condiciones favorables para que nazcan.
Se suele confundir docilidad con debilidad. Para mi, no es lo mismo, de la misma manera que tampoco lo es, la adaptabilidad, complacencia con los demás y blandura.
Precisamente el ceder, el querer complacer, es propio de personas fuertes.
No obstante, debilidad e inferioridad, si son propias de la envidia. Es el último recurso del que quiere destruir aquello que no puede conseguir. por si mismo.
Es triste el poema, pero bonito y con una gran carga emocional.
Recibe un apretado abrazo de María Jesús

Anónimo dijo...

Hola Cris:

Solo te digo dos cosas:

1ª.- Tu poema tiene una carga emocional impresionante. Aunque siempre nos sometas a tener que analizar tus palabras. Me encanta.

2ª.- Me apunto al comentario del compañero El Éxodo y al de María Jesús. Sin pretender ofender al resto.

¡Ah! Y pasando que es gerundio.

Un abrazo.

Jorge.

MarianGardi dijo...

Si amiga, como bien dicen estos versos, la vida es dura y a la vez el milagro de respirar y ver las maravillas de la naturaleza es Grandioso y espectacular.
Que pena que nuestra inteligencia se llegue a tarar y en vez de potenciarnos nos degrade, como todas esas cosas que mencionas tan horribles de la envidia.
Tus versos son crudos y reales, pero no por ello menos bellos.
Me gusta como haces tus composiciones sacando lo mejor de las ideas a flote.
Un fuerte y cálido abrazo mi querida Cristina

Cris Gª. Barreto dijo...

Estimado El Éxodo:

Sí. Eso siempre se ha dicho. Casi peor sería soportar una total indiferencia. Aunque no asuste la maldad de los malos, aterroriza la indiferencia de los buenos. Lo peor es que los malos suelen ser muy camaleónicos y tienden trampas al estilo "topo". No es difícil caer en ellas. Por ello, siempre se debe inspeccionar el terreno antes de pisarlo.

Gracias por tu comentario.

Abrazos para ti,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Hola Javier:

Veo que has captado bien el mensaje y el poema. Celebro que ambos te hayan gustado.

Gracias por aportar.


Un abrazo,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Querida Maite:

Me ha gustado tu comentario.
El cual te agradezco.
Conociéndote, no me extrña en absoluto lo que me cuentas. Los motivos me los sé pues saltan a la vista. Posees muchas virtudes, y además, una belleza singular -interna y externa-

Recibe besos de bálsamo que cierren toda mordedura.

Con cariño,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Mi querida Marisa:

Precioso comentario.
Gracias por obsequiármelo.

Llevas mucha razón, lo malo es cuando se oculta el sol. Pero siempre acaba saliendo, de lo contrario, malo malo.

Recibe toda mi admiración y un beso muy fuerte,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Hola Ana-La Solateras:


Gracias por dejar nueva huella.

Otro abrazo para ti,

Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Mi estimada María Jesús:

Bueno vaya entrada, ya en las primeras líneas desgranas una de las metáforas del poema. Mira que pensé que nadie lo entendería.
Tú eres de las personas que lees y dejas constancia de ello en cada uno de los comentarios que haces.
Además dices:

"Se suele confundir docilidad con debilidad. Para mi, no es lo mismo, de la misma manera que tampoco lo es, la adaptabilidad, complacencia con los demás y blandura.
Precisamente el ceder, el querer complacer, es propio de personas fuertes.
No obstante, debilidad e inferioridad, si son propias de la envidia. Es el último recurso del que quiere destruir aquello que no puede conseguir. por si mismo."

Como tú ya lo has dicho, y además, tan bien, me ahorras tener que decirlo yo. Pues es más que evidente que un dócil no es un débil. Y se requiere coraje para mostrarse dócil ante situaciones incontrolables pese a que duelan. A eso se le llama: Estar por encima del inadecuado e incluso inadmisible comportamiento de otros, y jamás ser como ellos. Es toda una lección que el dócil deja como ejemplo. Y si una persona ejemplar no estará entre los elegidos -entiéndase como elegido en un lugar de paz que no de fuego-, pues quién estará entonces: ¿el mordedor?

Es cierto que el poema es triste, pero hace referencia a otro aspecto de la vida, que cada vez observo más latente. Así pues yo consideraría que es realista porque la vida, en ocasiones, es así de triste.

Como siempre, quedo absolutamente encantada con tus comentarios. Y muy agradecida.

Recibe un beso muy fuerte y, por supuesto, mi admiración hacia ti.

Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Hola Jorge:

Muchas gracias por visitarme, máxime cuando sé que no tienes tiempo, según me decías ni para hacer vida social. Yo tampoco, no creas. Tanto avance y cada ves estamos incurriendo en un retroceso respecto a las relaciones humanas no virtuales.

Los gerundios son buenos consejos.

Un abrazo y gracias de nuevo,
Cris.

Cris Gª. Barreto dijo...

Mi estimada Marián:

Me ha encantado tu comentario, el cual agradezco muy de veras.
Cuánta razón llevas en todo lo que dices.
Tú también eres muy transparente y escribes de forma plausible por tu sencillez, claridad y rotundidad ante la vida.
Sabes que me identifico plenamente contigo.

Mil besos con toda mi estima y profunda admiración hacia ti,

Cris.