Estuve allí hasta que las flores se cerraron en el sueño y derribaron sus colores en un hasta mañana a la Corte vegetal.
Estuve esperando una escucha a mis silencios nocturnos. Una sacudida que avivase mi voz extraviada.
No entendí el miedo que me acorralaba. Confusos recuerdos, muchos años después, habitaban en mi vida con desorden.
Exploré entre vidrios huecos la forma de descomprimir las palabras y restaurar el puzzle de esas respuestas antes de que las raíces de mi pelo blanquearan.
Tan sólo hallé dudas de gris pizarra en un arcón de arena que ocultaba con moho tiempos distantes.
Aún quedaba mi traje de princesa, pero había perdido en el trayecto al príncipe azul que un día anunció, con sonrisa de marfil pulido y cara de ángel risueño, mi petición de gana perenne en forma de aro de oro.
Siempre existen como peso liviano, una mochila que llenar y el bastón con mango de neopreno que incitan a seguir el camino pese a no portar cantimplora de besos.
Allí estuve. Lo sé. Recuerdo el dolor de mi laringe, no tanto cómo fueron los quejidos, y aún menos, si hicieron eco en alguna parte.
Jamás habrá sombra que me pierda mientras me ilumine la luz de la esperanza…
Que abrirá nuevos senderos.
Estuve esperando una escucha a mis silencios nocturnos. Una sacudida que avivase mi voz extraviada.
No entendí el miedo que me acorralaba. Confusos recuerdos, muchos años después, habitaban en mi vida con desorden.
Exploré entre vidrios huecos la forma de descomprimir las palabras y restaurar el puzzle de esas respuestas antes de que las raíces de mi pelo blanquearan.
Tan sólo hallé dudas de gris pizarra en un arcón de arena que ocultaba con moho tiempos distantes.
Aún quedaba mi traje de princesa, pero había perdido en el trayecto al príncipe azul que un día anunció, con sonrisa de marfil pulido y cara de ángel risueño, mi petición de gana perenne en forma de aro de oro.
Siempre existen como peso liviano, una mochila que llenar y el bastón con mango de neopreno que incitan a seguir el camino pese a no portar cantimplora de besos.
Allí estuve. Lo sé. Recuerdo el dolor de mi laringe, no tanto cómo fueron los quejidos, y aún menos, si hicieron eco en alguna parte.
Jamás habrá sombra que me pierda mientras me ilumine la luz de la esperanza…
Que abrirá nuevos senderos.
Madrid, 27 de mayo de 2010
cristina garcía barreto
17 comentarios:
Que hermosas letras nos traes hoy, cristina, dulces y enamoradas, me encantó tu poema, cariños.
Querida Cris:
Bellísimo canto a la Esperanza.
Siempre hay tanto detrás de tus palabras. Todos tus textos requieren un análisis profundo.
Y es ahí, en ese analísis dónde se descubre aún más la fuerza de tus metáforas siempre tan inteligentes y significativas.
Cómo me gusta leerte Cris.
Gracias por este aliento a la vida.
Gracias por estar y ser cómo eres.
Te felicito.
Besos amiga.
Javier.
Estimada Cris:
Javier, "me ha robado" las palabras.
Quería transmitirte algo parecido.
Este relato me da fuerzas, nada está perdido, sólo es cuestión de fe y seguir con la vista al frente.
Nunca sabemos que nos depara el destino y la mochila siempre debe estar preparada para recoger nuevas alegrías y vivir con la ilusión de que se llenará si no perdemos la esperanza.
Te admiro cielo.
Recibe mi más cálido abrazo y una mochila rebosante de besos.
Maite.
Hola Cristina:
"Siempre existen como peso liviano, una mochila que llenar y el bastón con mango de neopreno que incitan a seguir el camino pese a no portar cantimplora de besos"
Qué decirte.
Excelente.
Saludos.
Jorge.
Anduve ocupado en estos días y no pude visitar a mis amigos con la asiduidad habitual. Hoy me paso por tu casa y me llevo todo lo que colgaste.
En acto de amor el gesto suple a la palabra.
Todo cambia con el tiempo, aunque el cambio no tiene por qué ser negativo. El password es algo que otorgamos o retiramos según los cambios. En todo caso siempre queda la esperanza….
Disfruté, como siempre, con tus escritos.
Besos
Bello canto a la espera, todo lo pasado es un presente del futuro, tanto experimentado y nada ha podido acabar con la esperanza.
Muy lindo mi Princesa, resguarda el traje y no lo pierdas, el día menos pensado, se plancha y se aprovecha de nuevo para el Principito si no azul al menos idóneo.
Tu fans fiel que te admira, valora y aprecia mucho.
Camión de besos
La fe, "fides" en su sentido conceptual original estaba mas cercana de la idea de esperanza que de la idea de conjunto de normas...yo creo que el ser humano debe tener fe en sus pasos y la vida, pese a los problemas, en ese sentido de esperanza. La vida nos trae y nos lleva y en el camino deja posos de todos los colores. Que el verde sea el poso que empuja los deseos y también los mejores recuerdos, que se abrochan en ellos.
Muy bonito texto y contenido. Lleno de luz que arrincona las sombras y la niebla de la confusión y que nos acerca al mejor sentido a la vida.
Estimado Robi:
Bienvenido a este espacio. Considéralo tu casa.
Te he visitado y he dejado huella en tu blog.
Gracias.
Un abrazo,
Cris.
Hola Javier:
Tú siempre en seguimiento incondicional a mis textos.
Gracias por tus palabras.
No sigo, ya hemos hablado.
Besos,
Cris.
Querida Maite:
Javier es un ladrón de pensamientos.
Pero lo que tú me dices me halaga enormemente.
Mil gracias amiga por tu fidelidad.
Recibe todo mi cariño,
Cris.
Hola Jorge:
Sí siempre existen nuevos proyectos y rutas para emprenderlos, sólo es necesario tener el propósito de seguir...
Agradezco muy de veras tu entrada.
Un cordial saludo,
Cris.
Querido Antonio:
Siempre desprendes un cándor extraordinario y una valoración literaria magistral.
Mil gracias por tu entrada.
Besos a compartir con tu familia y la pequeña Carmen,
Cris.
Estimada Marián:
No creo que planche el traje jeje, tiene polillas.
Eres realmente adorable. Un rayo de energía positiva en mi ventana y en mi vida.
Me ha encantado tu comentario.
Igualmente te envío un abrazo más fuerte y profundo que el pozo en el cual se guarda la amistad, y así, beber nuestra agua.
Tu amiga,
Cris.
Estimado Emilio:
No sabes cuánto celebro tu entrada.
De eso se trata, tropezamos, nos caemos... pero debemos levantarnos y seguir siempre hacia delante. Cuesta, no es fácil pensar ni ver el verde, pero sería más cómodo desandar nuestros pasos entre los recuerdos y dejarnos gobernar por ellos. Mejor arrinconarlos y seguir como pacíficos guerreros que liberan la guerra en pro de lo más cercano a la felicidad. Casi una entelequia, pero no del todo, con voluntad se puede.
Bueno ya sabes cómo te admiro y me congratulan tus palabras.
La nueva entrada, tal vez, te seduzca más...no lo sé, sólo tal vez.
Mil gracias Emilio.
Un abrazo con sincera estima y elevada admiración,
Cris.
great job my friend,
jan :)
Como tu, yo también recuerdo el dolor de mi laringe, pero estoy seguro de que los quejidos no hicieron eco en ninguna parte.
El puzzle lo hice, después de blanquear ya la raiz de mi pelo...y aún así me quedaron dudas.
Como a ti me queda la esperanza para continuar, el bastón y la mochila...(siempre hay algún beso en ella, rebusca bien en el fondo...)
Tú eres fuerte y estás convencida de lo que haces. Me alegra, me hace sentir envidia y fuerza para conseguirlo.
Gracias por tus hermosas y esclarecedoras palabras.
Juan.
Estimado Juan:
Así: Juan a secas... será porque tienes un nombre único en el mundo. A mi me suena a no sé quién es Juan.
Esto es lo mismo que un anónimo y ya estoy muy cansada de comentarios inconsecuentes en un espacio literario, pues mi enorme esfuerzo se se merece todo rigor y respeto.
Por lo tanto o te identificas como persona de honor y digna o no escriba en encuentro de pensadores.
Juan...Dios mío cómo no reconecerte.
Pido respeto por mi trabajo,nada más.
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