miércoles, 17 de febrero de 2010


Pudín…

No quiere que le vean
recorrer sus pasillos
oscuros de paredes
mohosas
por sus lágrimas.

No. No quiere
contestar al teléfono
éste habla solo
y repite:
por favor, deje su mensaje.

No quiere volar
como pájaro alborotado
con alas de demencia
en busca de la confianza
sin fuerza en sus piernas.

El dolor de su alma
pinta de negro
y los dedos de su mano
soterrados bajo el rezo
del epílogo de la creencia.

Sus pies nada calzan
no precisa abrigo
el frío no congela
y las bufandas estorban
solo ahogan tragos de lamento.

No. No quiere que le vean
con su ánimo de estampa
post-it despegado de la nevera
colmada de pudín de duelo
que devora su cuerpo.


Madrid, 17 de febrero de 2010
cristina garcía barreto

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Cris:

Conmovedor y precioso poema donde las imágenes sobrevuelan como lo hace tu pluma caida del cielo y aposentada en el don de tus manos.

Te adoro.

Besos.
Javier.

Cris Gª. Barreto dijo...

Javier,

has escrito un poema.
Mi pluma y ese don al que haces referencia no es más que un poema escrito en (...) minutos.
Pero como tengo el alma repleta, se hace fácil desguar los sentimientos.

Gracias por tu nueva entrada.

Otro beso para ti.
Cris.

Anónimo dijo...

Querida Cris:

Bellísimo poema. Realmente muy bien estructurado y repleto de imágenes.
Te escribo "after work", ya sabes que en esta empresa siempre hemos tenido los accesos no oficiales a internet restringidos.
No olvides recordarme la fecha de presentación de tu segundo libro. Sabes que si puedo iré, estoy deseando verte.


Muchos besos y recuerda...
"En lo más crudo del invierno aprendí , al fin, que había en mí un invencible verano".

María

Cris Gª. Barreto dijo...

Querida María:

¡Cómo olvidar esa celebre frase de Albert Camus!
Creo que la aprendí desde muy pequeña, a este literato francés empecé a leerle casi cuando aún no sabía leer.
Me hace gracia lo del "after work". Recuerdo que en la hora del almuerzo, mientras tomaba algún bocadillo en la oficina, hacía la compra por internet antes de que nos cortasen todo acceso a internet incluidos algunos organismos oficiales. Nosotras casi nunca tuvimos tiempo de bajar a la cantina...Éramos burras de carga. En fin... otros se hartaban de tomar cafés a nuestra salud cobrando el triple.

Te agradezco tu comentario.
No te preocupes ya te diré cuándo se presenta el libro y dónde a ver si tengo la suerte de contar con tu grata presencia.

Cuidate mucho.
Besos,
Cris.

MarianGardi dijo...

El o la protagonista de estos versos se ha aislado tanto que se quedó solo con los epílogos de su creencia.
Uf, mal caminito lleva!!
Que bien has captado su alma negra
Un abrazo