jueves, 10 de enero de 2008


El amor a su paso

Le soñaba sin conocerle y le hallo a mi paso.
Desacertada me creí,
por no afectarme su mirada.
Mi pecho se abrió dando escape a mi alma.
Cuando él marchó,
se me brotaron las lágrimas.
No pude contenerle,
era solo una extraña.
En el crepúsculo de la noche,
su cara por mi mente vagaba.
Antes de verle, ignoraba que el sueño,
sólo eso es.
Suplico tenga en su recuerdo el aroma de romero.
Aquel que cuando le entregué, lo hice…
atrapándome un beso.
Quizá me aguarde la dicha,
un reencuentro en el camino.
Y quitada de cobardía,
decirle…que le quiero.

Madrid, 24 de octubre de 2007.
Cristina García Barreto

2 comentarios:

Carlos Serra Ramos dijo...

Hola Cris, recién encontrada amiga.
Un bonito poema soñando al príncipe azul. a veces nos paea eso, no sé si a todos, pero a mí me a ocurrido en más ocasiones de las que sería de desear. Una mirada, un gesto o el aroma de su piel se clavó en mis sentidos auspiciando dolor por su recuerdo.
Gracias por esta ocasión que en virtud de tu poema me hizo recordar.
Tienes un blog muy bello, limpio y de agradable exposición. Es curioso cómo uno va dejando trazas de su personalidad en tantas cosas.

Mi beso, amiga.
Carlos

Cris Gª. Barreto dijo...

Querido Carlos:

No sabes como agradezco tu bellísimo comentario.
Sí. Anduve perdida en aras de hallar a mi príncipe azul. Como una niña encantada por los relatos de la infancia.
Y aún me pregunto si existen los príncipes azules...sigo siendo así de soñadora.

Un beso muy fuerte y mil gracias.